ADOLESCENCIA Y FRUSTRACIÓN
¿Por qué mi hijo/a es tan exigente y tan poco flexible?

La baja tolerancia a la frustración es la reacción emocional que se da cuando la persona es incapaz de asumir la realidad. Surge de la diferencia entre lo que ocurre realmente y lo que habíamos pensado que sucedería. 

Sus signos más visibles en menores son la exigencia y la falta de flexibilidad. 

El abuso de videojuegos o internet, el dejarles hacer constantemente aquello que desean, o la laxitud en las normas entre otros, hace que los adolescentes sean más exigentes y demandantes y busquen satisfacer sus necesidades de forma inmediata, manifestando enfados desmesurados cuando no consiguen esta rápida satisfacción, llegando a agredir o a culpar a otros de sus errores. Esto puede llevar a muchos/as jóvenes a desarrollar síntomas de ansiedad por la falta de flexibilidad antes los cambios.

 

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Una buena educación en inteligencia y en regulación emocional es la clave para tolerar la frustración. Apoyarnos en la empatía va a facilitar que los niños y las niñas entiendan cómo les afectan las situaciones a los demás, y de este modo, en la adolescencia, serán capaces de tolerar y aceptar lo que pasa a su alrededor de forma más natural. 

 

TÉCNICAS O ESTRATEGIAS PARA TRABAJAR LA FRUSTRACIÓN

Para poder tomar buenas decisiones es muy importante saber utilizar la información que proporcionan las emociones. El manejo de estas fomenta el control, y evita una actuación automática frente a las situaciones frustrantes. Algunas técnicas o estrategias que pueden ayudar a regular las emociones a nivel terapéutico son: 

  • Técnicas de relajación muscular: pueden ayudar a disminuir el nivel de activación y de ansiedad.
  • Respiración diafragmática: también nos ayuda a disminuir el nivel de activación.
  • Técnicas cognitivas: se trabajan los pensamientos. El sentimiento es una combinación de mi emoción más mi pensamiento. Cuando somos capaces de cambiar nuestra interpretación, nuestro sentimiento se va a modificar. 
  • Distinguir entre deseos y necesidades: unos necesitan ser satisfechos inmediatamente y otros pueden esperar.
  • Controlar impulsos: de tal manera que se puedan valorar las consecuencias de los actos.
  • Hacer conscientes de que el dolor o el sentimiento de fracaso puede ser imaginado: aprender a dar menos importancia a los fracasos y a los éxitos, haciendo hincapié en que la realidad va más allá. 

 

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MEDIDAS A LARGO PLAZO QUE PODEMOS TOMAR EN CASA

No solo la terapia puede ayudar a tolerar mejor la frustración y a regular las emociones, también la familia puede llevar a cabo otras medidas a largo plazo como:

  • Amor: uno de los grandes motores del mundo. En la adolescencia sentirse querido es muy importante. Hablamos de amor de familia, de pareja o de amigos. Esto puede llevarlos a valorar lo que de verdad importa. Amor no significa dejar hacer o cubrir todas las demandas del adolescente. Es un estar disponible, un compartir momentos. Es respeto,…
  • Diversidad: un mayor conocimiento del mundo y de los que viven en él puede ayudar a incrementar la tolerancia a la frustración. Conocer varias culturas sirve para entender que el mundo es muy diferente, que nadie tiene todo lo que querría o incluso, lo que necesita. Esto hará que sean más conscientes de la suerte que tienen ellos.
  • Disciplina: los padres deben hacer entender que las normas se tienen que cumplir, y para que esto funcione, es muy importante que los adolescentes sean partícipes a la hora de poner las normas. Siempre explicándoles por qué existe cada una y qué esperamos de ellos.
  • Responsabilidad: los padres deben hacer de sus hijos personas responsables, para que entiendan el esfuerzo que suponen las cosas. 
  • Consumo responsable: se trata de hacer que los adolescentes sean consumidores responsables, para que aprendan que no se puede tener todo, que es mucho más sano elegir y elegir bien, con racionalidad e inteligencia.

Debemos saber que antes de empezar a gestionar las emociones y los sentimientos relacionados con la frustración, debemos reconocer y aceptar que el mundo no es siempre lo que queremos y es necesario asumir que no siempre se va a conseguir todo lo que uno desea

Es bueno hacer reflexionar a los adolescentes para que vean las recompensas a largo plazo como más gratificantes que las inmediatas y que a veces, podemos llegar a conformarnos con menos de lo que deberíamos debido a la impaciencia, como sabemos, la paciencia es la virtud del fuerte.

Frustrarse no es agradable, pero tampoco es insoportable. Por ello, debemos ayudar a que puedan cambiar su actitud y sus pensamientos, que lleguen a la conclusión de que, a veces, los fracasos pueden ayudar a hacernos más fuertes y que aprender de los errores permite desarrollar diferentes estrategias y soluciones que hacen que nos adaptemos mejor a situaciones futuras y, en general, a los cambios. 

Núria Beneyto Terol

 

 

 

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