LA ATENCIÓN TEMPRANA PUEDE MARCAR LA DIFERENCIA EN EL DESARROLLO DE TU HIJO/A

«El desarrollo infantil es un proceso dinámico, sumamente complejo, que se sustenta en la evolución biológica, psicológica y social. Los primeros años de vida constituyen una etapa de la existencia especialmente crítica ya que en ella se van a configurar las habilidades perceptivas, motrices, cognitivas, lingüísticas, afectivas y sociales que posibilitarán una equilibrada interacción con el mundo circundante.» Fragmento extraído del Libro Blanco de la Atención Temprana.

Los/as niños/as maduran, eso lo tenemos claro, porque quien más, quien menos ha pasado por este proceso. Pero no solo nos referimos a los hitos más visibles del desarrollo como gatear, andar o hablar; se produce una maduración a nivel del Sistema Nervioso Central (el cerebro y la médula espinal para entendernos), desde los sistemas sensoriales hasta alcanzar la conducta función del niño.

Aunque el niño o la niña va madurando todas las funciones de manera paralela, también podemos ver que este desarrollo sigue una estructura, habilidades que se unen para formar bloques funcionales que sirven a modo de escalera o pirámide, para ir construyendo nuevas habilidades.

LA PIRÁMIDE DEL DESARROLLO

Alfonso Lázaro Lázaro y Pedro Pablo Berruezo Adelantado nos regalaron esta forma tan visual de reflejar el desarrollo.

pirámide-del-desarrollo

Los primeros bloques de esta pirámide, la base de nuestro desarrollo, se empiezan a formar desde que nacemos, incluso antes. Partiendo de esta base nuestro Sistema Nervioso Central madura y trabaja en habilidades cada vez más especializadas. Si alguno de los peldaños no está bien construido o no tiene unos cimientos fuertes, la pirámide fallará por uno o varios puntos, entorpeciendo el desarrollo del niño.

Los trastornos en el desarrollo se pueden originar en cualquiera de estos peldaños. Intervenir en ellos desde el primer momento, a través de la atención temprana, es la clave para que no se reproduzca este problema en niveles superiores de la pirámide, previniendo posibles dificultades en habilidades del día a día que requieren más destrezas.

Aquí entra en juego otro concepto muy importante, la plasticidad neuronal.

LA NEUROPLASTICIDAD Y LA IMPORTANCIA DE LA ATENCIÓN TEMPRANA

Ya lo dice la frase hecha, “los/as niños/as son de goma”. Aunque se ha descubierto que la neuroplasticidad está presente a lo largo de toda la vida, es verdad que cuando somos pequeños, la capacidad de nuestro sistema nervioso para activarse y adaptarse ante los estímulos repetidos es mayor.

Esta reactividad permite que el tejido nervioso pueda experimentar cambios adaptativos. ¿Cómo se traduce esto? A nuestro sistema nervioso le es más fácil aprender a procesar y reaccionar a los estímulos de formas diferentes cuando más pequeños somos, en definitiva, su capacidad para adaptarse es mayor.

¿Por qué? Porque nos resulta más fácil establecer conexiones neuronales nuevas. Esto nos permite que el/la niño/a, que el cerebro del/a niño/a, aprenda nuevas formas de hacer las cosas, nuevas y adaptativas formas de afrontar los problemas. Ahí reside la clave de la efectividad de la atención temprana.

LA MOCHILA CRECE

También debemos tener en cuenta un tercer concepto, cuando más arriba nos encontramos en la pirámide más elementos debemos re-organizar para conseguir resultados.

Si un/a niño/a tiene problemas en su aprendizaje académico porque no escribe bien, debemos ir retrocediendo peldaño a peldaño hasta descubrir cual es el que falla. Tal vez se debe a un problema de control postural, y observamos que está fallando su fuerza muscular, el esquema corporal, y que no tiene una buena lateralidad, y si bajamos más nos damos cuenta de que la propiocepción así como el sistema vestibular no están actuando correctamente.

Tenemos que trabajar desde la base para mejorar todo esto, pero nosotros/as queremos ver resultados en la punta de la pirámide, en su desempeño en el cole. A la vez, su sistema nervioso ya ha aprendido a actuar de cierta forma ante los estímulos, ya tiene sus rutas neuronales para todas estas actividades y le va a costar un poquito más cambiar esta forma de funcionar que lleva utilizando durante varios años.

EL PROGRAMA DE ATENCIÓN TEMPRANA Y LA FAMILIA

Pero, como hemos mencionado antes, la neuroplasticidad está presente toda nuestra vida, y aunque cada vez necesitamos una activación neuronal mayor, prolongar por más tiempo la exposición a los estímulos, siempre hay margen para el cambio.

Un programa individualizado de atención temprana, es esencial para aportar al/la niño/a esos estímulos nuevos que nos permiten ayudar a reorganizar las respuestas, y cuando antes mejor porque somos más receptivos y evitamos que la pirámide crezca sin una buena base.

La atención temprana, además, proporciona recursos a los padres, mejora el conocimiento sobre sus hijos/as y las dificultades que puedan estar abordando en su día a día; aporta respuestas y mejora las relaciones.

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