DIFICULTADES EN EL PROCESAMIENTO SENSORIAL
¿Cómo podemos detectarlas?

El año escolar es siempre emocionante, el niño o la niña se expone a nuevos estímulos y experiencias. Un momento de aprendizaje como este, a veces, resulta demasiado abrumador y aparecen señales de que el niño o la niña necesita un poco más de ayuda de la que creíamos en un principio. Así, vamos a centrarnos en este artículo en distinguir los problemas que pueden surgir relacionados con la Integración Sensorial y a ofreceros algunas ayudas para identificarlos.

¿QUÉ ES LA INTEGRACIÓN SENSORIAL?

La Integración Sensorial es un proceso neurológico por el que las sensaciones que provienen de nuestro entorno y de nuestro cuerpo son organizadas e interpretadas generando las respuestas adaptadas que se nos exige. Toda la información que recibimos sobre el mundo nos viene a través de nuestros sistemas sensoriales. Gusto, olfato, vista, oído, tacto, así como el sistema propioceptivo, que proporciona información de nuestro movimiento y fuerza, y el vestibular, que proporciona información sobre la fuerza de la gravedad y nuestra posición respecto a esta.

Normalmente no nos damos cuenta de esto, debido a que muchos de estos procesos tienen lugar de forma automática, a un nivel inconsciente, a través de la infinidad de actividades y estímulos que recibimos. Sin embargo, para algunos niños, este proceso de integración sensorial no se desarrolla de forma tan eficiente como debería ser. Cuando así sucede, pueden hacerse evidentes diferentes problemas: de aprendizaje, de comportamiento o de
desarrollo.

Así, la pregunta que debemos hacernos es cómo reconocer estos problemas de procesamiento para poder acudir al profesional adecuado a tiempo. Vamos a presentar una pequeña relación de cómo podemos observar una dificultad en cada uno de estos sistemas y las consecuencias visibles en el día a día de un niño.

 

sistema-propioceptivo

LOS SISTEMAS SENSORIALES

Estos sistemas básicos están estrechamente relacionados unos con otros y forman interconexiones con otros sistemas sensoriales durante la maduración. La interacción entre ellos es compleja y necesaria para interpretar una situación con precisión y realizar una respuesta adecuada.

Cuando se observan algunas de las siguientes características en los/as niños/as, podemos pensar que existen dificultades de procesamiento neurológico en algunos de los sistemas sensoriales. No deben estar presentes todas estas características para determinar un problema de Integración Sensorial; puede que sólo existan algunas de ellas.

  • Sistema auditivo: reacciona de forma negativa a sonidos fuertes o se tapa los oídos frecuentemente frente a ciertos sonidos. No solo pueden haber reacciones negativas, también puede aparecer una sobreexcitación o distraerse fácilmente con sonidos que otros no perciben.
  • Sistema visual: lo que primero podemos relacionar son las molestias ante luces fuertes o la atracción hacía los patrones de luces. Pero si este sistema está alterado también podemos ver dificultad en el contacto visual o en la percepción de la profundidad y en los cambios de plano, esto podrá verse reflejado en subir y bajar escaleras por ejemplo.
  • Sistema gustativo y olfativo: evita alimentos, sobre todo por problemas de textura. Siempre huele los objetos aunque no sean comida o reacciona a los olores de forma desproporcionada.
  • Sistema propioceptivo: choca con las personas, objetos o muebles con frecuencia. Parece más blandito que otros niños, más flexible o flácido y se cansa con facilidad. Camina de puntillas o tiene un mal control postural.
  • Sistema táctil: evita los juegos manipulativos con elementos como barro, plastilina, pintura de dedos… También es común que le moleste estar descalzo/a sobre la arena o la hierba. Puede mostrar rechazo ante determinadas piezas de ropa, puede picarle o notar mucho calor. Se irrita fácilmente o se pone agresivo/a frente a la proximidad con otras personas o cuando alguien le toca accidentalmente. Por otro lado, pueden ser niños y niñas que busquen tocar mucho a los demás, buscando una exploración muy táctil. También pueden mostrarse insensible al dolor, no se queja aunque sea importante.
  • Sistema vestibular: aquí podemos observar dos reacciones opuestas, el niño que busca el estímulo, con movimiento constante, al que le cuesta estar sentado largo tiempo, o al contrario, podemos ver niños/as muy quietos, suelen ser tranquilos/as y rechazan los juegos de movimiento y les cuesta jugar con otros/as niños/as, intentando evitar estos estímulos.

Estos indicios nos pueden ayudar a identificar problemas en el procesamiento sensorial que afecten en el día a día del niño/a. Estos, a su vez, pueden causar dificultades mayores ya que entorpecen procesos como la atención, la motricidad fina y gruesa o la relación con los demás, por ejemplo, pueden aparecer problema en el aprendizaje académico debido a un mal procesamiento del sistema propioceptivo: dificultades en los juegos o gimnasia debido
a una mala coordinación, problemas con la escritura o en recortar debido a la motricidad fina o comportamientos disruptivos en clase debido a la necesidad de movimiento.

De igual forma, pueden aparecer rabietas a la hora de las comidas debido a un sistema táctil hipersensible, que dificulta la tolerancia a muchas texturas o problemas en el colegio, ya que suele ocurrir que estos niños interpretan roces o pequeños choques inesperados como verdaderos ataques y su reacción resulta desmedida. Así muchas veces observamos un problema de conducta pero en realidad la causa suele ser un desajuste sensorial, debido a cambios bruscos del tipo de estimulación, que el niño percibe como una agresión.

EN DEFINITIVA…

Los signos pueden ser diversos y no presentarse de una forma clara, cambian de un niño a otro. Lo más importante es observar y ver si disfruta con las actividades del día a día, con el colegio, jugando con sus amigos, con las rutinas diarias…

Si el/la niño/a muestra ansiedad elevada, tristeza, desmotivación, enfados constantes o cualquier muestra similar continuada en el tiempo es preciso acudir a un profesional porque significa que algo impide que disfrute de su aprendizaje y su desarrollo.

El profesional debe realizar una valoración, en el caso de las dificultades a nivel sensorial, debe ser un terapeuta ocupacional formado en Integración Sensorial quien la realice. Además, siempre se deben realizar reuniones con los padres, el colegio… para conocer de primera mano cómo está afectando al niño o niña en su vida diaria y formar un canal de comunicación para poder conocer las necesidades del entorno, formando así una intervención adecuada tanto para el niño o la niña como para aquellos que le rodean.

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