El año escolar es siempre emocionante, el niño o la niña se expone a nuevos estímulos y experiencias. Un momento de aprendizaje como este, a veces, resulta demasiado abrumador y aparecen señales de que el niño o la niña necesita un poco más de ayuda de la que creíamos en un principio. Así, vamos a centrarnos en este artículo en distinguir los problemas que pueden surgir relacionados con la Integración Sensorial y a ofreceros algunas ayudas para identificarlos.
La Integración Sensorial es un proceso neurológico por el que las sensaciones que provienen de nuestro entorno y de nuestro cuerpo son organizadas e interpretadas generando las respuestas adaptadas que se nos exige. Toda la información que recibimos sobre el mundo nos viene a través de nuestros sistemas sensoriales. Gusto, olfato, vista, oído, tacto, así como el sistema propioceptivo, que proporciona información de nuestro movimiento y fuerza, y el vestibular, que proporciona información sobre la fuerza de la gravedad y nuestra posición respecto a esta.
Normalmente no nos damos cuenta de esto, debido a que muchos de estos procesos tienen lugar de forma automática, a un nivel inconsciente, a través de la infinidad de actividades y estímulos que recibimos. Sin embargo, para algunos niños, este proceso de integración sensorial no se desarrolla de forma tan eficiente como debería ser. Cuando así sucede, pueden hacerse evidentes diferentes problemas: de aprendizaje, de comportamiento o de
desarrollo.
Así, la pregunta que debemos hacernos es cómo reconocer estos problemas de procesamiento para poder acudir al profesional adecuado a tiempo. Vamos a presentar una pequeña relación de cómo podemos observar una dificultad en cada uno de estos sistemas y las consecuencias visibles en el día a día de un niño.
Estos sistemas básicos están estrechamente relacionados unos con otros y forman interconexiones con otros sistemas sensoriales durante la maduración. La interacción entre ellos es compleja y necesaria para interpretar una situación con precisión y realizar una respuesta adecuada.
Cuando se observan algunas de las siguientes características en los/as niños/as, podemos pensar que existen dificultades de procesamiento neurológico en algunos de los sistemas sensoriales. No deben estar presentes todas estas características para determinar un problema de Integración Sensorial; puede que sólo existan algunas de ellas.
Estos indicios nos pueden ayudar a identificar problemas en el procesamiento sensorial que afecten en el día a día del niño/a. Estos, a su vez, pueden causar dificultades mayores ya que entorpecen procesos como la atención, la motricidad fina y gruesa o la relación con los demás, por ejemplo, pueden aparecer problema en el aprendizaje académico debido a un mal procesamiento del sistema propioceptivo: dificultades en los juegos o gimnasia debido
a una mala coordinación, problemas con la escritura o en recortar debido a la motricidad fina o comportamientos disruptivos en clase debido a la necesidad de movimiento.
De igual forma, pueden aparecer rabietas a la hora de las comidas debido a un sistema táctil hipersensible, que dificulta la tolerancia a muchas texturas o problemas en el colegio, ya que suele ocurrir que estos niños interpretan roces o pequeños choques inesperados como verdaderos ataques y su reacción resulta desmedida. Así muchas veces observamos un problema de conducta pero en realidad la causa suele ser un desajuste sensorial, debido a cambios bruscos del tipo de estimulación, que el niño percibe como una agresión.
Los signos pueden ser diversos y no presentarse de una forma clara, cambian de un niño a otro. Lo más importante es observar y ver si disfruta con las actividades del día a día, con el colegio, jugando con sus amigos, con las rutinas diarias…
Si el/la niño/a muestra ansiedad elevada, tristeza, desmotivación, enfados constantes o cualquier muestra similar continuada en el tiempo es preciso acudir a un profesional porque significa que algo impide que disfrute de su aprendizaje y su desarrollo.
El profesional debe realizar una valoración, en el caso de las dificultades a nivel sensorial, debe ser un terapeuta ocupacional formado en Integración Sensorial quien la realice. Además, siempre se deben realizar reuniones con los padres, el colegio… para conocer de primera mano cómo está afectando al niño o niña en su vida diaria y formar un canal de comunicación para poder conocer las necesidades del entorno, formando así una intervención adecuada tanto para el niño o la niña como para aquellos que le rodean.