NIVEL DE ALERTA: QUÉ ES Y CÓMO PODEMOS GESTIONARLO

El nivel de alerta es nuestro estado general de activación, tanto físico como psicológico. El nivel óptimo de alerta es aquel que nos permite afrontar la actividad que estamos realizando de la mejor forma posible. Incorporarse a una rotonda en hora punta en València no requiere la misma activación que leer un libro a nuestro hijo por la noche.

Nuestro nivel de alerta fluctúa durante el día y como adultos hemos desarrollado mecanismos, tanto conscientes como inconscientes, para adaptarlo a las necesidades del momento. Estamos nerviosos y mordisqueamos el lápiz o nos vamos a correr; nos notamos soñolientos y nos preparamos un café o nos lavamos la cara con agua fría.

 

¿QUÉ PASA SI NO PODEMOS O NO SABEMOS REGULARNOS?

 

Si no somos conscientes de nuestro estado de alerta o no tenemos herramientas o estrategias para regularlo no podemos afrontar las exigencias del día a día. Nos podemos encontrar sobrecargados/as a los estímulos del momento, como una barca llevada por la marea, teniendo comportamientos de excitación o al contrario “shutdown” desconexión.

 

ESTADOS DE ALERTA DIFERENTES, RESPUESTAS DIFERENTES

 

Imagínate en una cena con amigos/as. Alguien te toca el hombro, te giras sonriendo y con voz tranquila preguntas qué pasa. Un estado de alerta regulado y una reacción adecuada.

Ahora la cena ha terminado y estas volviendo al coche, es tarde y no conoces la zona. Alguien te toca el hombro. Te giras corriendo, tal vez empujes la mano o a la persona que te ha tocado y le grites. Tu estado de alerta está muy alto, pero acorde con la situación, y tu reacción no ha sido desproporcionada.

Si este estado de alerta y tu reacción los trasladamos a la cena con amigos están completamente fuera de lugar. Tal vez has tenido un día muy estresante o hay alguien en la fiesta a quien no te apetece ver. Por ello estás nervioso y tu estado de alerta es alto, pero como adulto sabes analizarte, analizar la situación y encontrar la mejor manera de regular tu nivel de alerta. Respiraciones, un discurso interno que te aporte perspectiva o desahogarte con alguien antes de entrar son algunos ejemplos de cómo podemos gestionar nuestro nivel de alerta de manera consciente.

 

¿QUÉ PASA CUANDO UN/A NIÑO/A NO HA DESARROLLADO SU CAPACIDAD DE ANÁLISIS?

 

Un niño/a puede no haber desarrollado la capacidad de análisis frente a distintas situaciones que requieren diferentes niveles de alerta, puede que no encuentre estrategias para la autorregulación o simplemente puede que no comprenda su propio estado de alerta.

Debemos ayudar a que el/la niño/a sea consciente de su estado de alerta. De forma sencilla debemos lograr que comprenda que su manera de actuar no es adecuada para el ambiente en el que se encuentra.

Cuando no sea capaz de comprender o regular su estado de alerta le toca al adulto discriminar las mejores estrategias para ayudarle.

 

estado de alerta

 

APOYOS VISUALES

 

Un medidor como este puede ayudar al/la niño/a a identificar su estado de alerta. Podemos sustituir los pictogramas por fotos del/a propio/a niño/a.

Utilizándolo como un juego, podemos ayudarle a identificar comportamientos que hace cuando está nervioso y elegir la foto que mejor le represente, logrando que el apoyo visual sea más efectivo. Os podéis descargar las plantillas al final del artículo.

 

nivel de alerta

 

ENCONTRAR LA ESTRATEGIA ADECUADA ES LA CLAVE PARA REGULAR EL NIVEL DE ALERTA

 

Al igual que los adultos, los niños también pueden encontrar estrategias para regular su nivel de alerta.

Con un poco de ayuda pueden o podemos identificar cuando su nivel de alerta es alto. Podemos ofrecerles un mordedor o correr mientras se recita la tabla del 2 puede llegar a ser un regulador efectivo. Hay tantos niños como métodos para regularse. Debemos recordar que el sistema propioceptivo, y todas las actividades que lo involucran, pueden ayudarnos cuando estamos nerviosos y la activación adecuada de nuestro sistema vestibular puede ayudarnos a centrar nuestra atención si estamos cansados.

 

LA INTEGRACIÓN SENSORIAL ES LA HERRAMIENTA PERFECTA

 

Si consideras que tu hijo/a presenta dificultades en la autorregulación puedes consultar a una Terapeuta Ocupacional formada en Integración Sensorial. Podrá valorar adecuadamente su procesamiento sensorial y ofrecer la estimulación necesaria para su regulación.

Una buena herramienta de la que disponemos son las dietas sensoriales, actividades basadas en los gustos y necesidades sensoriales del niño que pueden ayudarle a regular su estado de alerta a lo largo del día.

Esta dieta sensorial debe ser confeccionada por la terapeuta ocupacional de la niña o niño una vez que lo/la conoce bien, y sabe qué estímulos y qué actividades le ayudan a regularse.

La integración sensorial nos ayuda a procesar los estímulos del entorno de forma correcta lo que nos permite ofrecer una respuesta más adaptada al entorno.

Puedes descargarte el apoyo visual para poder personalizarlo pinchando aquí.

 

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