La Terapia Ocupacional (T.O) es, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
«El conjunto de técnicas, métodos y actuaciones que, a través de actividades aplicadas con fines terapéuticos, previene y mantiene la salud, favorece la restauración de la función, suple los déficits invalidantes y valora los supuestos comportamentales y su significación profunda para conseguir la mayor independencia y reinserción posible del individuo en todos sus aspectos: laboral, mental, físico y social».
A través de la Terapia Ocupacional se busca que la persona participe de forma activa en su vida diaria. Favorece la adquisición (o restauración) de una función o adapta el entorno a las necesidades de la persona. Es decir, un/a terapeuta ocupacional estará ahí cuando una persona con hemiplejia deba aprender a levantarse sola de la cama o, una persona mayor necesite adaptar su rutina de higiene o, mientras un niño con TEA aprende a vestirse solo.
Normalmente no nos paramos a pensar que cada acción de nuestro día a día implica una serie de procesos físicos, habilidades y conocimientos mucho más complejos de lo que puede parecer. El/la terapeuta ocupacional analiza la actividad y el desempeño de la persona para lograr la máxima implicación.
Vamos a comernos un plato de sopa bajo la mirada de un terapeuta ocupacional: Primero necesitamos reconocer correctamente la sensación que provoca en nuestro cuerpo el hambre (para muchas personas es más difícil de lo que parece), y tener la habilidad de transmitir esta necesidad. También necesitamos permanecer sentados durante un periodo de tiempo largo, llevarnos la cuchara a la boca, deglutir…etc. En una acción tan fácil como llevarse la cuchara a la boca intervienen factores como la prono-supinación del brazo o el agarre de la cuchara. A la vez el agarre de la cuchara depende de componentes como el control de la fuerza o la disociación de los dedos.
Y así podríamos analizar cada paso necesario para comer una sopa y, a su vez, dividirlo en sus componentes y subdividirlo en las habilidades que requiera cada uno. Pero nosotros/as solo necesitamos sentarnos a la mesa y cenar tranquilamente.
Por eso, cuando aparece una dificultad en esta actividad, a través de la Terapia Ocupacional analizamos cada eslabón de esta cadena hasta encontrar cuál es el fallo. Comparemos con un ordenador, por ejemplo. Si tu ordenador va mal, tu puedes percibir el último eslabón de la cadena, en nuestra analogía, que la pantalla se congela. Un informático, en cambio, analizará el ordenador y podrá decirte si es un problema de la tarjeta gráfica o de la placa base.
Un padre o una madre puede ver que su hijo se niega a lavarse los dientes y es cuando acude a un/a terapeuta ocupacional. Este/a analizará cada eslabón de la cadena que nos permite lavarnos los dientes para encontrar qué falla. Tal vez es un problema de praxias motoras; o un problema de integración sensorial y la textura de la pasta de dientes le provoque arcadas o tal vez sea una falta de comprensión sobre la higiene personal.
Para detectar el problema utilizamos pruebas estandarizadas, observación directa y entrevistas con el entorno familiar, para recopilar la máxima información antes de la intervención.
Nosotros lo llamamos terapia, pero los/as niños/as lo llaman juego. Porque lo es. Al igual que hacemos con las actividades de la vida diaria (AVD’s) los juegos también se pueden dividir en sus componentes.
Si queremos trabajar la tolerancia a distintas texturas, ¿por qué no utilizar pintura para dedos o espuma de afeitar? Escalar por el rocódromo nos ayuda a mejorar la fuerza de las manos, la coordinación, trabaja praxias motoras. Lograr que el/la niño/a se involucre es el punto clave de la terapia y, el juego, la herramienta indispensable para lograrlo.
Para guiarnos en la terapia ocupacional tenemos varios marcos teóricos que nos proporcionan conocimientos específicos y métodos de tratamiento adecuados a las necesidades de cada niño/a.
Integración sensorial: Además de ser un marco teórico es un proceso neurológico por el que nuestro sistema nervioso central interpreta los estímulos del entorno y nos ayuda a generar respuestas adaptadas. Desde terapia a través del juego se ayuda a realizar este proceso de manera adecuada: registro, modulación y discriminación de cada uno de los estímulos.
Concepto Bobath: es una mirada holística y terapéutica para el tratamiento de las personas con trastornos neurológicos. Se realiza un análisis de todos los sistemas que intervienen en la función de cada persona, con el fin de optimizar y restaurar la funcionalidad.
Modelo DIRFloortime: es un modelo centrado en las emociones e intereses naturales del/a niño/a, que ayudarán a crear relaciones de aprendizaje a nivel emocional , social e intelectual.
En definitiva, la Terapia Ocupacional es un trabajo conjunto entre el/la niño, el/la terapeuta, la familia, el colegio y su entorno, porque siempre buscaremos la máxima felicidad y facilidad en todos los aspectos de la vida.