La valoración debe ser realizada por un terapeuta ocupacional formado en Integración Sensorial. Debe ser un profesional que conozca la teoría, evalúe y pueda interpretar los resultados obtenidos, aplicando posteriormente el tipo de intervención más apropiada acorde con cada caso individual.
La valoración completa puede durar entre una hora, y una hora y media. Algunas de las pruebas que se utilizan son las siguientes: Observación Clínica estructurada, Cuestionario de Procesamiento Sensorial (Perfil Sensorial), Estimulación vestibular, pruebas del SIPT (Test de Integración Sensorial y Praxis), Observación libre, y Entrevista con los padres.
pretende observar los aspectos relacionados con el desarrollo, así como el tono muscular, la coordinación motriz, los reflejos posturales primarios, las reacciones posturales, la motricidad fina y gruesa, el equilibrio… Intenta buscar una relación directa entre el procesamiento sensorial y la madurez neurológica del niño, para determinar si los niveles de desarrollo están influenciados negativamente por dificultades en la Integración Sensorial.
Diseñado exclusivamente para detectar posibles alteraciones sensoriales en los niveles más básicos, que pudieran interferir en los niveles de desarrollo. Se trata de preguntas referentes a la vida cotidiana de la criatura, que permiten delimitar qué aspectos diarios se desarrollan con normalidad, y qué aspectos se ven influenciados negativamente por un mal procesamiento sensorial. El Perfil Sensorial es una prueba que detecta las dificultades de modulación sensorial, y las relaciona con las dificultades de comportamiento, los problemas emocionales y los retrasos en el desarrollo de los niños.
Mientras la Observación Clínica nos da una visión concreta de los niveles de desarrollo y las habilidades o dificultades, el Perfil Sensorial nos permite ver la parte más práctica de estas dificultades. Cómo está afectando el procesamiento sensorial en la vida del niño/a De este modo, las dos pruebas se complementan, y permiten obtener unos resultados más próximos a la realidad.
Mediante la aplicación de esta estimulación, se observan las reacciones posturales, de equilibrio, emocionales y conductuales antes, durante y después de subir a los columpios, pelotas y patinetes (scooters). Las reacciones observadas permiten determinar cómo es procesada esta información vestibular que recibe el niño.
Nos permite conocer cuáles son las motivaciones, intereses y elecciones del niño, cómo interactúa en ambientes novedosos, cuál es su tipo de juego, y qué habilidades de relación y comunicación utiliza.
Para determinar características más específicas del desarrollo del niño/a, , así como su comportamiento y adaptación en distintos entornos, evaluación de las actividades de la vida diaria, compartir la información de otros profesionales, de los profesores… Además es esencial para planificar los objetivos de trabajo en base a sus preocupaciones, intereses y necesidades.
Tras realizar la valoración inicial, se puede detectar en algunos niños la necesidad de
realizar una evaluación más exhaustiva de su procesamiento sensorial y su praxis (habilidad del niño para planificar y ejecutar nuevas actividades a nivel motrices y de aprendizaje), que nos explique qué habilidades, y en qué medida, están afectando a sus áreas de desarrollo, comportamiento y aprendizaje académico.
El Test de Integración Sensorial y Praxis (SIPT), es un test estandarizado que consta de 17 pruebas que valoran el estado de Integración Sensorial y Praxis en niños desde 4 años hasta 8 años y 11 meses de edad.
Sus pruebas se pueden englobar en cuatro grupos:
La aplicación de esta prueba, debe ser realizada por un terapeuta ocupacional certificado en Integración Sensorial, ya que requiere un entrenamiento previo muy exhaustivo en su manejo, y en la interpretación de sus resultados. También requiere un material estandarizado específico para la evaluación de cada una de sus pruebas.
Normalmente, el terapeuta ocupacional evalúa al niño en dos sesiones de una hora y media de duración cada una, después debe establecer las puntuaciones definitivas en cada una de las pruebas e introducir los datos en un software de ordenador, se envían a una base de datos de California, EEUU, dónde se cotejan con el grupo de edad al que pertenece el niño evaluado. Tras la obtención de los resultados el terapeuta ocupacional debe interpretarlos para obtener una correlación directa entre los puntajes, las dificultades y las características del niño.