Las discusiones y peleas entre hermanos/as son un comportamiento natural y completamente normal. Lamento comunicarte que no vas a poder evitarlas, algunos/as hermanos/as se pelean más que otros/as pero todos/as lo hacen. En todas las clases sociales y culturas las peleas y discusiones forman parte de su desarrollo, de la construcción de su identidad como ser individual, de la independencia de cada uno, en la familia y al margen de ésta.
Primero, las peleas entre hermanos/as empiezan siendo físicas pero con la edad y con la adquisición del lenguaje, se vuelven más sofisticadas. Gradualmente, y con los años, estas peleas tienden a desaparecer, pero hasta llegar a ese punto la convivencia y la gestión de estas peleas resultan complicadas dentro y fuera del ambiente familiar.
Es de gran importancia ayudar a nuestros/as hijos/as a desarrollar estrategias para gestionar de una manera saludable sus diferencias, puesto que cimentarán la base para futuros conflictos en la vida adulta. Estos siempre van a existir, lo importante es saber cómo gestionarlos.
Frecuentemente, los juegos terminan siendo una pelea (por falta de límites, no cumplir reglas, compartir juguetes…). Otras veces las causan la falta de empatía y el egocentrismo (etapa natural entre los 3 y 6 años), pero la mayoría de las veces lo que se busca es la atención de los padres/madres. Lo importante para que vayan desapareciendo estas conductas es que sientan que cada uno tiene su espacio y su lugar con mamá y papá y, sobre todo, que su hermano/as no es una amenaza.
Es importante saber si necesitan algo en concreto, o aprovechar los conflictos para educar. A menudo en los parques se ven conflictos entre los/as niños/as y, aunque hay adultos alrededor, ninguno interviene para ayudarles a resolverlo. Y no es cuestión de intervenir cada vez que den un grito sino de aprovechar ciertas situaciones para enseñar.
Hay ciertas conductas como padres/madres que a veces llevamos a cabo sin darnos cuenta y que están agravando los conflictos:
Es recomendable establecer unas normas de convivencia que se adapten al estilo de vida familiar e intervenir únicamente cuando alguna de ellas no se cumpla. Entre las normas pueden estar incluidas: no insultar, no pegar, turnos de diálogo o fijar turnos para los juguete. Priorizar habilidades de empatía y respeto al otro, aunque estemos enfadados/as. Estas normas además pueden estar plasmadas en un papel o cartulina (con letra o dibujo, según la edad de los/as niños/as) y se aconseja elaborarlas con los/as niños/as delante, haciéndoles partícipes de ello.
Además de estas reglas, que siempre puedes recordarles que tienen disponibles en momentos de peleas y discusiones cuando no se esté cumpliendo alguna, también hay que tener en cuenta estos aspectos:
Como siempre, ya sabes que el equipo del CEI València está a tú disposición si necesitas algún tipo de orientación o ayuda para gestionar este tipo de conflictos o cualquier tema relacionado con el desarrollo y crecimiento de tu hijo/a.