PELEAS ENTRE HERMANOS/AS
¿A qué se deben? ¿Cómo debemos actuar?

Las discusiones y peleas entre hermanos/as son un comportamiento natural y completamente normal. Lamento comunicarte que no vas a poder evitarlas, algunos/as hermanos/as se pelean más que otros/as pero todos/as lo hacen. En todas las clases sociales y culturas las peleas y discusiones forman parte de su desarrollo, de la construcción de su identidad como ser individual, de la independencia de cada uno, en la familia y al margen de ésta.

Primero, las peleas entre hermanos/as empiezan siendo físicas pero con la edad y con la adquisición del lenguaje, se vuelven más sofisticadas. Gradualmente, y con los años, estas peleas tienden a desaparecer, pero hasta llegar a ese punto la convivencia y la gestión de estas peleas resultan complicadas dentro y fuera del ambiente familiar.

Es de gran importancia ayudar a nuestros/as hijos/as a desarrollar estrategias para gestionar de una manera saludable sus diferencias, puesto que cimentarán la base para futuros conflictos en la vida adulta. Estos siempre van a existir, lo importante es saber cómo gestionarlos.

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¿CUÁL SUELE SER EL MOTIVO DE ESTAS PELEAS?

Frecuentemente, los juegos terminan siendo una pelea (por falta de límites, no cumplir reglas, compartir juguetes…). Otras veces las causan la falta de empatía y el egocentrismo (etapa natural entre los 3 y 6 años), pero la mayoría de las veces lo que se busca es la atención de los padres/madres.  Lo importante para que vayan desapareciendo estas conductas es que sientan que cada uno tiene su espacio y su lugar con mamá y papá y, sobre todo, que su hermano/as no es una amenaza.

Es importante saber si necesitan algo en concreto, o aprovechar los conflictos para educar. A menudo en los parques se ven conflictos entre los/as niños/as y, aunque hay adultos alrededor, ninguno interviene para ayudarles a resolverlo. Y no es cuestión de intervenir cada vez que den un grito sino de aprovechar ciertas situaciones para enseñar.

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¿QUÉ CONDUCTAS DE LOS PADRES/MADRES AGRAVAN LOS CONFLICTOS?

Hay ciertas conductas como padres/madres que a veces llevamos a cabo sin darnos cuenta y que están agravando los conflictos:

  • Normalizar conductas del hermano/a pequeño/a y asumir que el/la mayor debe entender siempre que el/la pequeño/a “no se da cuenta de lo que hace”.
  • No tener en cuenta que, aunque unos sean más mayores que los otros, siguen siendo niños/as e hijos/as por igual.
  • Posicionarse en los conflictos.
  • Etiquetar hermano/a bueno-malo (¿Recuerdas el efecto Pigmalión? Puedes leer el artículo completo aquí)
  • Mostrar preferencia por alguno/a de ellos/as.
  • No dedicar tiempo a cada uno de los hijos/as por separado.

¿CUÁNDO Y CÓMO INTERVENIR EN LAS PELEAS ENTRE HERMANOS?

Es recomendable establecer unas normas de convivencia que se adapten al estilo de vida familiar e intervenir únicamente cuando alguna de ellas no se cumpla. Entre las normas pueden estar incluidas: no insultar, no pegar, turnos de diálogo o fijar turnos para los juguete. Priorizar habilidades de empatía y respeto al otro, aunque estemos enfadados/as. Estas normas además pueden estar plasmadas en un papel o cartulina (con letra o dibujo, según la edad de los/as niños/as) y se aconseja elaborarlas con los/as niños/as delante, haciéndoles partícipes de ello.

Además de estas reglas, que siempre puedes recordarles que tienen disponibles en momentos de peleas y discusiones cuando no se esté cumpliendo alguna, también hay que tener en cuenta estos aspectos:

  • Papá y mamá deben ser un ejemplo, por lo que deben cumplir con las mismas normas (los/as niños/as aprenden mucho a través de la observación: aprendizaje por modelado).
  • No utilices el castigo. Si has de utilizar el tiempo fuera plantéalo como tomarse un tiempo para uno mismo para calmarse para luego volver más tranquilo a conversar y llegar a un acuerdo de forma más serena (auto-control).
  • Refuerza habilidades de empatía y respeto, fomentando la comunicación, aprender a expresar emociones y puntos de vista de manera asertiva, pero también aprender a escuchar al otro.
  • No les des la solución, trata de que sean ellos/as quienes la encuentren y propongan diferentes alternativas de resolución. Dales libertad e independencia para resolver los conflictos.
  • Una vez llegada la calma, refuerza lo bien que lo han hecho y lo bien que se ven jugando y divirtiéndose, anímalos a sentirse orgullosos por resolver el conflicto.

Como siempre, ya sabes que el equipo del CEI València está a tú disposición si necesitas algún tipo de orientación o ayuda para gestionar este tipo de conflictos o cualquier tema relacionado con el desarrollo y crecimiento de tu hijo/a.

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